Bonsáis en el Palacio de Aiete: este fin de semana, una oportunidad única te espera en el Parque de Aiete para conectar con la naturaleza y el arte a través de la fascinante exposición de bonsáis en el emblemático Palacio de Aiete. Hoy, sábado 31 de mayo, y mañana, domingo 1 de junio, tendrás la ocasión de admirar estas pequeñas obras de arte vivientes, fruto de la pasión y dedicación de la Asociación Guipuzcoana de Bonsáis.

El Arte del Bonsái: Un Viaje desde el Lejano Oriente
El bonsái, a menudo asociado exclusivamente con Japón, tiene en realidad sus raíces en la antigua China, donde se conocía como «penjing». Esta milenaria práctica, que se remonta al siglo IV a.C., buscaba recrear paisajes naturales en miniatura, dotándolos de un significado espiritual y simbólico. Los taoístas creían que al reproducir la naturaleza en pequeño formato, se podía acceder a sus propiedades mágicas, transformando el penjing en un objeto de meditación y contemplación. La evidencia más antigua de esta tradición se encuentra en murales de la tumba del príncipe Zhang Huai, del año 706 d.C., donde se aprecian sirvientas portando estas pequeñas representaciones de árboles y rocas.
Fue siglos después, hace aproximadamente 800 años, cuando el arte del bonsái llegó a Japón. Allí, bajo la influencia de la filosofía Zen, la concepción se transformó, evolucionando hacia la búsqueda de una «belleza de austera severidad». Los paisajes miniaturizados chinos se condensaron en árboles únicos e ideales, que representaban el universo en una forma compacta y armoniosa. Durante la época medieval japonesa, los bonsáis se hicieron más accesibles al público general, popularizándose y convirtiéndose en un elemento común en muchos hogares.
La palabra «bonsái» es japonesa y significa literalmente «árbol en maceta». Sin embargo, su esencia trasciende la mera miniatura: es el arte de cultivar árboles y plantas de forma que su crecimiento se controle para que permanezcan pequeños, pero manteniendo la forma y características de un árbol de tamaño natural. En Occidente, este arte no se introdujo de forma significativa hasta finales del siglo XIX, alrededor de 1889, ganando popularidad rápidamente y dando lugar a cientos de clubes y asociaciones, como la nuestra en Donostia.
La Asociación Guipuzcoana de Bonsáis: Custodios de una Tradición
La Asociación Guipuzcoana de Bonsáis, fundada en 1989 (o 1990, según algunas fuentes), ha sido desde entonces un pilar fundamental para la difusión y el cultivo de este arte en la región. Compuesta por aproximadamente 80 socios, su sede se encuentra en el antiguo palomar del Parque de Aiete, un lugar que, por su historia y entorno natural, se convierte en el escenario perfecto para sus actividades.
La experiencia y el conocimiento acumulado por sus miembros a lo largo de los años se reflejan en la calidad de los ejemplares que presentan en sus exposiciones. El Donosti Club Bonsái, como también se le conoce, se enorgullece de acercar este bello arte de raíces orientales a la comunidad local. Su labor no se limita a las exhibiciones; son un punto de encuentro y aprendizaje para todos los aficionados.
Actividades del Donosti Club Bonsái:
- Exposiciones: Como la que puedes disfrutar este fin de semana en el Parque de Aiete. Realizan dos grandes exposiciones al año, una a finales de mayo y otra en septiembre, justo frente al edificio El Palomar.
- Asesoramiento: Ofrecen orientación y acompañamiento personalizado en el cultivo y mantenimiento de los bonsáis. Sus socios se reúnen los jueves y viernes por la tarde (alrededor de las 18:00) en la sede del club para tertulias intensas y amenas donde se discuten técnicas, estilos, podas y trasplantes. Cada ejemplar es único y siempre hay tema para el diálogo y las propuestas entre compañeros.
- Material: Disponen de material necesario para el cultivo de bonsáis, y sus expertos pueden recomendar los más apropiados para cada necesidad.
- Talleres y Cursos: Organizan actividades prácticas para todos los niveles, desde principiantes hasta avanzados, ayudando a los aficionados a profundizar en el cultivo y diseño de sus propios bonsáis.
Un Vínculo con Japón: El Espíritu de la Tradición
La pasión por el bonsái ha llevado a algunos miembros de la Asociación Guipuzcoana de Bonsáis a realizar viajes a Japón, el epicentro mundial de este arte. Aunque no se han encontrado detalles específicos sobre viajes recientes a Tokio, sí se sabe que han mantenido contacto y estudiado con maestros japoneses, como los de Marugame, a donde algunos socios viajaban cada dos años (según una referencia de 2013) para aprender de primera mano las técnicas ancestrales y la filosofía que rodea al bonsái. Esta conexión directa con la tradición japonesa asegura la autenticidad y el rigor en el aprendizaje y la práctica del arte del bonsái en Donostia.
Técnicas y Estilos: La Maestría detrás del Bonsái
Cultivar un bonsái es un diálogo constante con la naturaleza, un proceso que requiere paciencia, observación y una comprensión profunda de las necesidades del árbol. Implica una serie de técnicas meticulosas para controlar su crecimiento y dar forma a su estética:
- Poda (Poda de formación y de mantenimiento): Es la técnica más fundamental. No solo limita el tamaño del árbol, sino que también influye en su forma, dirigiendo su crecimiento hacia el diseño deseado. Dependiendo de la especie y el vigor del bonsái, se poda varias veces al año.
- Alambrado: Utilizando alambres especiales para bonsái, se moldean las ramas y el tronco para darles la dirección y la curvatura deseadas. Después de un tiempo, la rama mantendrá su nueva posición y el alambre se retira cuidadosamente.
- Pinzado: Consiste en eliminar las puntas de los brotes para estimular una ramificación más fina y densa, contribuyendo a la formación de las «almohadillas» de follaje características.
- Corte de la hoja (Defoliación): Se utiliza para aumentar la ramificación fina y, en algunas especies, para reducir el tamaño de las hojas.
- Acodado aéreo: Una técnica más avanzada para lograr un buen desarrollo de raíces, acortar un tronco demasiado largo o para obtener nuevo material para el cultivo de bonsáis.
Más allá de las técnicas, el bonsái se expresa a través de diversos estilos, que imitan las formas que los árboles adoptan en la naturaleza bajo diferentes condiciones:
- Estilo Vertical Formal (Chokkan): El tronco crece recto y con una conicidad clara, siendo más grueso en la base. Las ramas crecen a un cuarto de la altura del tronco.
- Estilo Vertical Informal (Moyogi): El tronco serpentea hacia arriba, con curvas suaves de las que brotan las ramas. Es muy común tanto en bonsáis como en la naturaleza.
- Estilo Inclinado (Shakan): El árbol crece en un ángulo respecto al suelo, simulando el efecto del viento o la búsqueda de luz. Las raíces están más desarrolladas en el lado opuesto a la inclinación para mantener el equilibrio.
- Estilo Escoba (Hokidachi): Ideal para árboles caducifolios, con un tronco recto del que parten ramas finas en todas direcciones, formando una copa redondeada similar a una escoba.
- Estilo Cascada (Kengai): El tronco y las ramas caen por debajo del nivel de la maceta, emulando árboles que crecen en acantilados o laderas pronunciadas.
Estos son solo algunos ejemplos, y cada estilo tiene sus propias reglas y matices, pero todos buscan reflejar la belleza y la fuerza de la naturaleza en un formato reducido.
El Escenario: El Majestuoso Parque y Palacio de Aiete
La exposición de bonsáis no podría tener un marco más idílico que el Palacio y Parque de Aiete. Este lugar, cargado de historia y belleza, enriquece aún más la experiencia de los visitantes.
El Palacio de Aiete, de inspiración neoclásica, fue construido en 1878 por encargo de los Duques de Bailén. Se atribuye su diseño al arquitecto francés Adolfo Ombrecht, quien también fue el autor del Palacio de Linares en Madrid. Este edificio, uno de los más valiosos de San Sebastián, fue durante años residencia de verano de la realeza española, desde Isabel II hasta Alfonso XIII. Posteriormente, en 1940, pasó a ser propiedad del Ayuntamiento y fue utilizado como residencia estival por el dictador Francisco Franco. Hoy en día, el palacio alberga la Casa de la Paz y los Derechos Humanos, un centro cultural y la Casa de los Cuentos, entre otras instalaciones.
El Parque de Aiete, con una extensión de 74.000 metros cuadrados, es un verdadero oasis de tranquilidad. Sus jardines fueron diseñados por el renombrado jardinero real Pierre Ducasse, formado en Versalles. El parque destaca por su exuberante vegetación, con más de 100 especies diferentes de árboles y plantas, así como estanques, grutas artificiales (como la de Combaz, que imita estalagmitas y estalactitas), cascadas y amplias praderas. Es un lugar visitado a diario por niños y mayores, ofreciendo un entorno perfecto para pasear, relajarse y, este fin de semana, admirar la delicadeza de los bonsáis. Las antiguas caballerizas del palacio, conocidas como Topaleku, se utilizan ahora como hogar del jubilado y sala de exposiciones, complementando la oferta cultural del parque.
No te lo pierdas este fin de semana
La exposición de bonsáis en el Palacio de Aiete es una cita ineludible para los amantes de la naturaleza, el arte y la cultura japonesa. Es una oportunidad única para admirar la maestría y la paciencia de los cultivadores de bonsáis, y para sumergirse en la filosofía de este arte que nos invita a la reflexión y a la conexión con el entorno.
Recuerda: La exposición está abierta este fin de semana, hoy sábado 31 de mayo y mañana domingo 1 de junio, en el Parque de Aiete, frente al edificio El Palomar. Te recomendamos consultar la página web del Donosti Club Bonsái (donosticlubbonsai.org) o de Donostia Kultura para cualquier confirmación de horarios o detalles adicionales.
¡Te esperamos para descubrir la magia de los bonsáis en Donostia!