El barrio de Gros late con la energía del Cantábrico: es joven, surfero y cosmopolita. Separado de la Parte Vieja por el río Urumea y abrazado por la playa de Zurriola, el barrio se ha convertido en un laboratorio culinario donde chefs veteranos y jóvenes creativos compiten por inventar nuevos pintxos. Este artículo propone una ruta por las barras de Gros para descubrir diez bocados imprescindibles. Algunas de estas creaciones se han convertido en iconos de la cocina vasca en miniatura; otras son modernas y arriesgadas. Todas cuentan una historia.

Estos son los 10 mejores pintxos de Gros a nuestro entender:
1 Delicia de patata, hongo y yema – Bar Gure Txoko
En la esquina de Usandizaga con la plaza de Cataluña, el bar Gure Txoko (cuya traducción del euskera es “nuestro rincón”) ofrece un pintxo considerado por muchos como la esencia de la nueva cocina tradicional. La Delicia de patata, hongo y yema de huevo es una pequeña obra de ingeniería: una base de puré de patata cremosa coronada con un salteado de setas y rematada con una yema líquida. El resultado es untuoso, sabroso y reconfortante.
Consejo local: pídelo acompañado de un vino blanco de Getaria; el contraste entre la acidez del txakoli y la cremosidad de la delicia potencia los sabores.
2 Taco de cochinita pibil – Taquería Kursaal
Gros es un barrio abierto al mundo y eso se nota en su gastronomía. La Taquería Kursaal (frente al auditorio del mismo nombre) fusiona México con el País Vasco. Su pintxo estrella es un taco de cochinita pibil: carne de cerdo marinada en achiote y cítricos, cocinada lentamente hasta quedar casi confitada, servida sobre una tortilla de maíz suave. Este bocado demuestra que la multiculturalidad de Gros puede convivir con la tradición: el taco se come de pie, en la barra, como cualquier otro pintxo.
Práctico: al estar junto al Kursaal, es ideal para tomarlo antes o después de un concierto.
3 Croquetas de mejillón, hongos y jamón – Bar Labrit
El Bar Labrit es uno de esos locales discretos de la calle Zabaleta donde la barra rebosa de pintxos caseros. Las protagonistas son sus croquetas, especialmente las de mejillón, hongos y jamón, preparadas con bechamel suave y un rebozado fino que cruje al primer bocado. Hay otras variedades de croquetas, pero la mezcla de mar y montaña de este pintxo representa a la perfección el mestizaje gastronómico de la ciudad.
Secreto: pide las croquetas recién hechas; salen constantemente de la cocina y nunca están en la barra más de unos minutos.
4 Picantilla – Urtxori Bi
En la travesía de Berminghan se encuentra Urtxori Bi, uno de los bares preferidos por los donostiarras. Su pintxo insignia es la picantilla, una tartaleta crujiente rellena de bonito del norte desmenuzado, mayonesa, lechuga y cebolla. A simple vista parece una ensalada dentro de una masa quebrada, pero su equilibrio entre lo crujiente y lo cremoso la convierte en un bocado delicado y adictivo.
Tip: acompáñala con un txotx de sidra guipuzcoana; la acidez cortará la grasa de la mayonesa.
5 Morros y callos guisados – Bar Txalota
Si buscas sabores contundentes, Bar Txalota es tu parada. Entre sus propuestas destacan los morros y callos guisados, una ración de casquería cocinada lentamente con pimentón, cebolla y tomate. Se sirve en cazuelita caliente y se come con pan para no dejar una gota de salsa. Es un pintxo que respeta la tradición vasca y demuestra que la cocina de aprovechamiento puede ser exquisita.
Para valientes: acompáñalo con un vino tinto joven de Rioja Alavesa para realzar los sabores.
6 Txalupa – Bar Bergara
El mítico Bar Bergara, fundado en 1950, es pionero de la cocina en miniatura y ha ganado numerosos premios por sus creaciones. Su pintxo estrella es la Txalupa, un hojaldre con forma de barquito relleno de setas y langostinos, con cebolleta, crema y queso gratinado. La combinación de mariscos y crema, junto con el crujiente del hojaldre, lo convierte en un bocado sofisticado y contundente.
Además de la Txalupa, la barra de Bergara ofrece otras maravillas como el matrimonio/bikote, un montadito que combina anchoas en salazón y boquerones en vinagre, y pintxos innovadores que cambian según la temporada.
Recomendación: visita Bergara fuera de las horas punta (entre semana a media mañana) para disfrutar de su barra sin prisas.
7 Tortilla de patata – Bar Zabaleta
No se puede hablar de pintxos en San Sebastián sin mencionar la tortilla de patata. El Bar Zabaleta es un templo para los amantes de la tortilla; la cocinan varias veces al día y se agota en cuestión de minutos. Su secreto, según reveló Jon Zabaleta en un reportaje, es pochar la patata lentamente con cebolla y pimiento verde hasta conseguir una textura melosa. El resultado es una tortilla jugosa, con el huevo aún tembloroso.
Consejo: pregunta en la barra a qué hora saldrá la siguiente tortilla y espera con un zurito (caña pequeña) para comerla recién hecha.
8 Volcán de morcilla – Hidalgo 56
En Hidalgo 56 se rinde culto a los sabores intensos. Su pintxo estrella es el volcán de morcilla, una montaña de morcilla de arroz y verduras coronada con una yema cruda y acompañada de puré de manzana. La mezcla de dulce y salado, junto con la untuosidad de la yema, hacen de este pintxo una experiencia única.
El bar acumula premios y es considerado un clásico de Gros. Se complementa con otras delicias como las kokotxas de bacalao a la brasa o la tosta de foie.
Maridaje: un vaso de sidra o un txakoli son perfectos para limpiar el paladar entre bocado y bocado.
9 Brie rebozado con semillas de amapola y mermelada de tomate – Ramuntxo Berri
En la calle Peña y Goñi, Ramuntxo Berri destaca por su versión de cocina creativa. Uno de sus pintxos más famosos es el Brie rebozado en semillas de amapola con mermelada de tomate: un trozo de queso Brie empanado con semillas de amapola, frito hasta lograr un contraste de texturas, y acompañado de una confitura casera de tomate. El dulzor de la mermelada equilibra la untuosidad del queso y las semillas aportan un toque crujiente.
Curiosidad: este pintxo también se conoce como carbón de brie y suele servirse templado; pídelo al camarero si no lo ves en la barra para que lo frían al momento.
10 Indurain – Bodega Donostiarra
La Bodega Donostiarra es un clásico que abrió sus puertas en 1928 y conserva la esencia de taberna de barrio. Su pintxo más icónico se llama Indurain y debe su nombre al legendario ciclista navarro Miguel Indurain. Consiste en un palo de piparra (guindilla vasca) que atraviesa aceitunas, anchoa, bonito del norte y cebolleta. Según algunos cronistas, cada piparra representaba una de las victorias de Indurain en el Tour de Francia, lo que da al pintxo un carácter simbólico.
Además del Indurain, la bodega es famosa por su mini completo de bonito, un pequeño bocadillo de atún en conserva con pimiento y anchoa.
Ambiente: la Bodega Donostiarra es un lugar perfecto para iniciar la ruta; la barra suele estar llena desde primera hora y los camareros recitan las especialidades con ritmo casi musical.
Otros pintxos que merecen una parada
Aunque nuestro top 10 podría ocupar una vida, Gros es un barrio en constante ebullición. Otros pintxos que recomendamos probar son el taco de cordero y el bao de txistorra de El Lobo, en la calle Zabaleta; la brocheta de pulpo y langostinos de Casa Senra; el huevo a baja temperatura con puré de patata trufado de Garbola; la Gilda original de Bar Desy; el steak tartar de La Gintonería Donostiarra; y la ensaladilla rusa de Bar Ezkurra. Estas propuestas demuestran que Gros es un crisol de sabores donde conviven tradición e innovación.
Cómo llegar y moverse por Gros
Gros se encuentra al otro lado del puente Zurriola, a un paseo de la Parte Vieja. Desde el centro, basta con cruzar el puente del Kursaal para llegar a la calle Peña y Goñi, epicentro del ambiente. También puedes tomar los autobuses urbanos de Dbus (líneas 13, 26 o 31) que conectan el barrio con Amara, Antiguo y Riberas. Si llegas en coche, ten en cuenta que aparcar en superficie es difícil; lo mejor es utilizar los aparcamientos del Kursaal o del Palacio de Congresos.
Dentro del barrio, la mejor forma de moverse es a pie: las distancias son cortas y así podrás improvisar paradas. Ten en cuenta que muchas barras están en calles paralelas (Zabaleta, Peña y Goñi, San Francisco) y no tardarás más de diez minutos en ir de una a otra.
Consejos para disfrutar de los mejores pintxos de Gros como un local
- Haz la ruta del pintxo (txikiteo) con moderación. No te quedes en un solo bar; la gracia está en probar una o dos especialidades en cada lugar y seguir caminando.
- Pide en la barra. Los pintxos fríos se suelen coger con la mano y luego se anotan en la cuenta; para los calientes, avisa al camarero y espera unos minutos.
- Horarios. Las barras suelen estar a pleno rendimiento de 12:30 a 15:00 y de 19:00 a 22:30. Fuera de esas horas puede que encuentres menos variedad.
- Respeto. Los locales están acostumbrados al bullicio, pero es importante no bloquear la barra ni pasarse de tiempo; toma tu pintxo, tu bebida y deja sitio al siguiente.
- Acompañamientos. Los pintxos maridan perfectamente con txakoli, sidra, vino tinto joven o una caña.
Mejor época para ir a Gros
Gros se disfruta todo el año, pero la primavera y el comienzo del verano ofrecen temperaturas agradables y menor afluencia de turistas. En julio se celebra el Heineken Jazzaldia en la playa de Zurriola; muchas barras amplían su horario y ofrecen pintxos especiales. En invierno, los bares se llenan de cuadrillas locales que buscan refugio y buen comer, así que el ambiente es cálido y auténtico.
Conclusión: Gros, sabor en cada esquina
Recorrer Gros es comprender que la identidad de San Sebastián está hecha a base de pequeños bocados. Los pintxos que hemos seleccionado —desde la delicadeza de la Delicia de patata, hongo y yema hasta la potencia de la Indurain— son una invitación a viajar por la historia, la creatividad y la pasión de quienes cocinan. Pero la lista no es definitiva: cada visita a Gros descubre un nuevo pintxo, un bar recién abierto o una innovación inesperada. Lo importante es mantener la curiosidad y dejarse guiar por el olfato y los consejos de los locales.
Para completar la experiencia, te sugerimos ampliar tu ruta con otros barrios y conocer más sobre la cultura vasca a través de nuestra Ruta de pintxos por San Sebastián, donde exploramos bares de la Parte Vieja y el Centro. ¡A disfrutar y on egin!