La Fiesta de los Caldereros en San Sebastián: Tradición y Cultura

La Fiesta de los Caldereros en San Sebastián es una de las celebraciones más representativas de la ciudad, marcando el preludio del Carnaval y rindiendo homenaje a los antiguos artesanos que recorrían Europa reparando utensilios de metal. Este evento anual no solo es una muestra de tradición, sino también una expresión vibrante de cultura y comunidad, en la que participan personas de todas las edades y origines.

Origen de los Caldereros

Los caldereros eran artesanos nómadas, a menudo de origen zíngaro, que se desplazaban de ciudad en ciudad ofreciendo sus servicios de reparación de calderos y otros utensilios metálicos. En una época en la que los objetos metálicos eran imprescindibles y difíciles de reemplazar, su llegada era muy esperada. El característico sonido de martillos golpeando el metal no solo anunciaba su llegada, sino también el inicio de un periodo de alegría y renovación. En muchos lugares, su presencia marcaba el comienzo de celebraciones como el Carnaval, simbolizando la transformación y la esperanza.

Los Caldereros en San Sebastián

En San Sebastián, esta tradición se remonta al 2 de febrero de 1884, cuando las sociedades populares “La Unión Artesana” y “La Fraternal” organizaron la primera Comparsa de Caldereros de la Hungría. Este desfile inaugural, celebrado en la festividad de la Candelaria, contó con música compuesta por Raimundo Sarriegui y letras de Adolfo Comba. En 1886, se añadió al repertorio la famosa canción “Begi urdin bat” de Victoriano Iraola.

A lo largo de los años, la celebración ha atravesado periodos de esplendor y decadencia. Durante los años 50, gracias a las sociedades Gaztelupe y Gaztelubide, la festividad se revitalizó y comenzó a celebrarse regularmente. Entre 1959 y 1968, se consolidó el personaje de la Reina, aparecieron nuevas comparsas en el barrio del Antiguo y se estableció el primer sábado de febrero como fecha oficial. Este periodo también marcó el inicio de una mayor participación comunitaria, con un enfoque renovado en los aspectos culturales y festivos del evento.

El último gran resurgimiento de los caldereros en San Sebastián tuvo lugar en 1972, liderado por el Centro de Atracción y Turismo en colaboración con ciudadanos y sociedades populares. Este esfuerzo conjunto aseguró no solo la continuidad de la celebración, sino también su adaptación a las demandas modernas. Desde la década de 1980, la inclusión de mujeres ha transformado esta festividad, promoviendo la igualdad en todos los roles dentro de las comparsas. Hoy en día, tanto hombres como mujeres participan con entusiasmo, simbolizando la evolución de la sociedad hacia valores más inclusivos.

Celebración Actual

Hoy en día, la Fiesta de los Caldereros en San Sebastián se celebra el primer sábado de febrero o el sábado siguiente a la Candelaria. Las comparsas recorren las calles de la ciudad, elevando un clamor de sartenes y martillos mientras se entonan melodías tradicionales. Los participantes visten atuendos coloridos, evocando la vestimenta de los caldereros húngaros, y llevan utensilios metálicos que golpean al ritmo de las canciones.

La Comparsa Tradicional de Caldereros de la Hungría inicia su desfile en la Parte Vieja, estableciendo su campamento en la Plaza de la Constitución. Allí, la Reina de la Comparsa y las Damas saludan al público donostiarra y los participantes interpretan canciones como “Begi urdin bat” y “Mazurca”, acompañados por la Banda de la Escuela Municipal de Música y Danza. Este momento es especialmente esperado por el público, que se congrega para disfrutar de un espectáculo lleno de música y tradición.

La comparsa incluye diversos personajes: la Reina, las Damas, los Directores, el Oso y su Domador, entre otros. En total, más de 400 personas organizadas en 19 tribus participan en el desfile, acompañadas por la txaranga Gauerdi. Además, otras comparsas celebran desfiles en diferentes barrios de la ciudad, ampliando el alcance de la festividad y permitiendo que más personas se unan a la celebración. Estos desfiles también ofrecen una oportunidad para que las comunidades locales muestren su creatividad y devoción hacia esta tradición centenaria.

Más allá de su dimensión cultural, la Fiesta de los Caldereros también tiene un impacto económico positivo en la ciudad, atrayendo turistas y generando actividades comerciales relacionadas con el evento. Esta festividad es, sin duda, un reflejo del rico patrimonio cultural de San Sebastián y de su capacidad para preservar y reinventar sus tradiciones.

Las Canciones de los Caldereros

Las melodías y letras son una parte fundamental de la Fiesta de los Caldereros. Estas composiciones no solo embellecen la celebración, sino que también permiten transmitir la historia y el carácter de esta tradición. Las canciones reflejan la creatividad y el espíritu de comunidad que define esta festividad. Cada melodía tiene un significado especial, evocando emociones y recuerdos entre los participantes y espectadores.

A lo largo del tiempo, las letras han evolucionado ligeramente, pero han mantenido su esencia, permitiendo que nuevas generaciones conecten con las raíces culturales de San Sebastián. Las canciones también destacan por sus ritmos pegadizos y su estilo único, que las hacen inolvidables para quienes las escuchan.

A continuación, se incluyen las canciones interpretadas durante la celebración:

Importancia Cultural

La Fiesta de los Caldereros en San Sebastián no solo preserva una tradición centenaria, sino que también destaca la capacidad de la comunidad para revitalizar y adaptar sus celebraciones. Es un testimonio del espíritu festivo y cultural que caracteriza a la ciudad, consolidándola como un referente en la preservación de sus costumbres. Este evento único reúne a personas de todas las edades y orígenes, quienes participan activamente en las comparsas, desfiles y actuaciones musicales, contribuyendo al enriquecimiento de la tradición.

La implicación de diversas asociaciones locales, junto con el apoyo institucional, ha permitido mantener viva esta festividad a lo largo del tiempo, asegurando que nuevas generaciones conozcan y valoren su legado. Además, la Fiesta de los Caldereros no solo es un símbolo cultural, sino también un motor de cohesión social, promoviendo el trabajo en equipo y el sentimiento de pertenencia entre sus participantes.

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Author: Descubre Donostia