La decisión del alcalde Eneko Goia de incrementar un 23% los precios de los parkings en San Sebastián ha provocado un aluvión de críticas entre los residentes. Esta medida, descrita como beneficiosa por el alcalde, ha sido ampliamente rechazada por la comunidad, que la ve como un nuevo ejemplo de políticas públicas desconectadas de las necesidades reales de los ciudadanos.
Los donostiarras han expresado su descontento y frustración en diversos comentarios, señalando la falta de transparencia y cuestionando la legitimidad de los beneficios proclamados por Goia. La percepción general es que la administración municipal ha adoptado una postura autoritaria, imponiendo decisiones unilaterales sin un debate adecuado o consideración por el bienestar de los habitantes.
Este aumento en los precios de los parkings es visto no solo como una medida aislada, sino como parte de una serie de decisiones que parecen priorizar la recaudación de fondos sobre la calidad de vida en la ciudad. Además, se critica que la oposición política no ha logrado formular una respuesta efectiva o presentar alternativas viables, dejando a muchos ciudadanos sintiéndose sin representación.