Cada año, el domingo más cercano al 2 de febrero, Donostia-San Sebastián revive una de sus tradiciones más entrañables: Inudeak eta Artzainak (nodrizas y pastores). Este festival, que combina historia, música y danza, se ha convertido en una cita ineludible dentro del calendario festivo de la ciudad.

Origen e Historia
La primera comparsa de Inudeak eta Artzainak desfiló el 2 de febrero de 1885, coincidiendo con la celebración del Día de la Candelaria. En aquella época, era común que los pastores bajaran de los montes a la ciudad y que, durante su estancia, entablaran relaciones con las nodrizas, jóvenes mujeres que trabajaban en las casas de la alta sociedad cuidando a los niños. Este encuentro entre dos mundos contrastantes fue visto como una manifestación de la vida cotidiana y pronto se convirtió en una celebración popular.
A lo largo de los años, el desfile adquirió una estructura más formal, incorporando música y danza para representar de manera más teatralizada esta relación entre pastores y nodrizas. La participación de la ciudadanía fue creciendo, con cada vez más personas disfrazándose y tomando parte activa en la festividad, consolidándola como un evento esencial en el calendario festivo de Donostia-San Sebastián.
Sin embargo, en 1912, la festividad desapareció cuando el Papa Pío X declaró el Día de la Candelaria como laborable, lo que supuso un duro golpe para la continuidad de la celebración. Con el tiempo, la memoria del evento se fue perdiendo, aunque aún quedaban registros y testimonios orales que mantenían viva la historia de la comparsa. Fue en 1977 cuando la Sociedad Kresala decidió recuperar la comparsa con motivo de su décimo aniversario, tras un exhaustivo trabajo de documentación que permitió rescatar los elementos esenciales del desfile original.
Desde entonces, la comparsa no ha dejado de crecer, atrayendo cada año a más participantes y espectadores, y reforzando su papel como una de las tradiciones más queridas de Donostia-San Sebastián. Su recuperación no solo ha significado la revitalización de una festividad histórica, sino que también ha servido para reforzar la identidad cultural de la ciudad, convirtiéndose en un símbolo de la conexión entre su pasado y su presente.
Significado y Representación Cultural
Más allá de su carácter festivo, Inudeak eta Artzainak representa una parte importante del folclore vasco. La festividad no solo recrea el cortejo entre nodrizas y pastores, sino que también incorpora personajes históricos que evocan la sociedad de la época: el alcalde y su esposa, el médico, el secretario, el obispo, el cura, monaguillos, miqueletes, el barquillero, el limpiabotas y la panadera, entre otros. Cada personaje tiene un papel simbólico dentro de la celebración, reflejando distintos aspectos de la vida urbana y rural del pasado.
Este evento es una forma de preservar y transmitir la cultura local a nuevas generaciones, reforzando la identidad de la ciudad y ofreciendo una visión lúdica de la historia. Además, el desfile no solo es una recreación visual, sino que también está acompañado de música tradicional, con txistularis y tamborreros marcando el ritmo de la marcha.
En la actualidad, la comparsa cuenta con unas 30 parejas de inudeak eta artzainak, más de 60 tamborreros y una gran cantidad de figurantes que llenan de vida las calles donostiarras. La vestimenta de los participantes es otro elemento clave, con trajes de época cuidadosamente confeccionados para mantener la autenticidad de la festividad. Cada detalle, desde los peinados hasta los accesorios, busca transportar a los espectadores a una época pasada, brindando una experiencia cultural única y enriquecedora.
La Celebración en la Actualidad
El recorrido de la comparsa de Inudeak eta Artzainak comienza en la Parte Vieja y atraviesa las principales calles de Donostia-San Sebastián. La Plaza de la Constitución es uno de los puntos clave de la festividad, donde se llevan a cabo las escenas principales y las exhibiciones de danza.
La música es otro elemento fundamental en este evento. El repertorio, compuesto por el maestro Raimundo Sarriegi, incluye piezas icónicas como:
- «Comparsa de nodrizas»
- «Introducción y escena de las nodrizas»
- «Kontradantza»
- «Escena del médico con la nodriza»
- «Zortzikoa»
- «Fandangoa – Andre Madalen»
- «Arin arina – Baratzako pikuak»
- «Festariak behar bada»
Cada una de estas melodías acompaña la evolución del desfile y las representaciones teatrales en los distintos puntos de la ciudad.
Participación de los Barrios
Si bien el desfile principal tiene lugar en el centro de Donostia-San Sebastián, muchos barrios de la ciudad han hecho suya esta tradición y organizan sus propias comparsas en fechas cercanas. Lugares como Gros, Amara y el Antiguo celebran su versión de Inudeak eta Artzainak, contribuyendo a que esta festividad siga creciendo y manteniendo su relevancia en la cultura donostiarra.
Cada uno de estos barrios aporta su propio toque distintivo al evento, con pequeñas variaciones en los trajes, coreografías y repertorios musicales. En algunos casos, las asociaciones vecinales organizan actividades paralelas, como concursos de disfraces, talleres de danza tradicional y exposiciones sobre la historia del desfile.
Involucrar a los más pequeños es fundamental, ya que muchas escuelas locales fomentan la participación de los niños y niñas en la comparsa, inculcándoles el respeto y amor por las tradiciones. Gracias a esta implicación comunitaria, Inudeak eta Artzainak ha trascendido más allá del centro de la ciudad, reforzando su papel como un evento de toda Donostia-San Sebastián.
Un Festival que Perdura en el Tiempo
En la actualidad, Inudeak eta Artzainak es más que un simple desfile; es un símbolo de la historia y la identidad de Donostia-San Sebastián. A través de la música, la danza y el colorido vestuario de los participantes, la ciudad recuerda sus tradiciones y las adapta a los tiempos modernos, asegurando que las generaciones futuras continúen disfrutando de este festival tan especial.
Para quienes deseen sumergirse en la esencia cultural donostiarra, presenciar el desfile de Inudeak eta Artzainak es una experiencia única que transporta al pasado y celebra la riqueza del folclore vasco en pleno siglo XXI.